DHL, clientes disruptores y la nueva logística
DHL acaba de publicar un muy interesante informe bajo el rimbombante nombre de “Consumer as a disrupter”, que trata de establecer una serie de recomendaciones acerca de cómo se debe entender la nueva logística en un mundo cada vez más impredecible.
[La palabra “disruptor” no existe en el diccionario de la RAE, pero como con otros tantos neologismos, haremos como que sí. No en vano, es una palabra muy chula, trekkie friendly, y que, en este caso, puede entenderse como un elemento que produce un cambio brusco en un proceso o tendencia]
Este informe, que parte de la hipótesis de la creciente incertidumbre del entorno, plantea que las comunicaciones y, especialmente Internet, han provocado cambios rápidos e impredecibles en los hábitos de consumo de los clientes, que hacen que sea necesario replantear la logística tal y como ha sido entendida hasta ahora.
De hecho, DHL identifica tres tendencias principales en el entorno:
La disrupción Big Bang y el efecto cascada
Esta frase, que podría ser el título de algún libro de física cuántica, se refiere a la capacidad de determinados productos (disruptores), como el iPad o el iPhone, de cambiar radicalmente las condiciones del mercado. Si a ese fenómeno se le añade la capacidad actual de los clientes de poder acceder y crear opiniones e información acerca de esos productos de forma casi instantánea a través de Internet, el efecto cascada de adopción de la nueva tecnología (y de cambio del mercado) es imparable. Según DHL, los fenómenos de disrupción estarían apoyados por el rápido acceso a la información de los mercados y a la comparación de datos.
El consumidor digital
En la actualidad, los consumidores compran en cualquier lugar y en cualquier momento, gracias a la ayuda de las tecnologías de navegación móviles que incorporan los casi 1.000 millones de smartphones que pululan por el mundo. Se espera que en 2016, los smartphones puedan influir entre el 17% y el 21% de las compras de los EEUU. Cada vez, los modelos de negocio online se vuelven más complicados, y esto afecta a la logística en multitud de aspectos, como la mayor propensión de los clientes a recoger sus envíos online en una tienda física o drop point. Con toda esta variabilidad ¿deberían atenderse a los pedidos online desde una tienda?¿Desde un almacén especifico para ecommerce?¿Desde un almacén tradicional?
El ascenso de la clase media global
Según el informe, se espera que en 2030 más de 1.000 millones de personas en países actualmente emergentes pertenezcan a la clase media y que, como consecuencia, el centro de gravedad del comercio mundial se mueva hacia la zona Asia-Pacífico. Además, en 2050, dos tercios de la población vivirá en entornos urbanos. Por tanto, los vendedores deberían buscar formas de etiquetar, empaquetar y distribuir productos acordes a los gustos locales, pero a escala global.
Así, tanto vendedores como fabricantes deber crear y gestionar cadenas de suministro hechas a medida. Según DHL, esto debe manifestarse en cuatro características de las nuevas cadenas de suministro:
- Resiliencia ante los cambios en el mercado
- Agilidad para responder a cambios rápidos e inesperados
- Flexibilidad para customizar los productos
- Eficiencia, con la que proteger los escasos márgenes de beneficio
Todas estas tendencias plantean desafíos serios a la forma de gestionar la nueva logística. Según DHL, las empresas deben estar preparadas para enfrentarse a la distribución omnicanal, en una gestión en la que todo debe estar integrado, con un modelo ideal en mente: conseguir recoger, empaquetar y enviar a una tienda o a un cliente desde el propio inventario del vendedor. Para conseguirlo, DHL propone una serie de buenas prácticas: